Se llama Eden Golan -¡menudo nombre!- y corre el riesgo
de pasar a la historia como Gaza Hell. Tiene 20 años y dos pasaportes: ruso e
israelí. Nacida en Kfar Saba, ciudad israelí construida sobre las ruinas del
pueblo palestino del mismo nombre, de padre letón y madre ucraniana, pasó 13
años de su corta vida en Rusia, donde comenzó una carrera como cantante de
variedades. Acaba de ser seleccionada para representar a Israel en Eurovisión
2024, que se celebrará el próximo mes de mayo en Malmö (Suecia). Pero es muy
probable que nunca ponga un pie allá. Explicación.
Fueron los islandeses quienes dieron el pistoletazo de
salida: el pasado diciembre, la Sociedad de Autores y Compositores (FTT), que
representa a 440 artistas islandeses (Islandia tiene 375.000 habitantes), hizo
un llamamiento a RÚV, la cadena nacional, para que no participara en Eurovisión
mientras Israel estuviera involucrado. Los finlandeses siguieron su ejemplo:
1.400 artistas pidieron a su cadena pública que hiciera lo mismo. Músicos y
artistas de Noruega (350), Suecia (1.005) y Dinamarca (300) lanzaron
llamamientos similares en enero, seguidos por los irlandeses, 15.000 de los
cuales firmaron el llamamiento.
Israel se considera parte de Europa en muchos ámbitos:
fútbol y otros deportes, música y otras artes. Lo único que falta es la esfera
política: la UE nunca tuvo en cuenta la petición formulada hace unos cuarenta
años por el carismático líder radical italiano Marco Pannella de acoger a
Israel.
Israel participa en el Festival de la Canción de
Eurovisión desde 1973; fue anfitrión en 1979, 1999 y 2019 y quedó primero en
cuatro ocasiones, en 1978, 1979, 1998 y 2018.
La Unión Europea de Radiodifusión (UER/EBU), que organiza
el concurso, ha dado la misma respuesta a todas las peticiones de exclusión de
Israel: “Eurovisión no es un concurso entre gobiernos, sino entre artistas. No
se trata de política”. Basándose en este argumento, excluyó a Rusia en 2022,
pocos días después del inicio de la invasión (u operación militar especial,
según los gustos) de Ucrania. Al comentar esta decisión, Martin Österdahl,
supervisor ejecutivo de Eurovisión, declaró: “Cuando decimos que no somos
políticos, lo que debemos defender siempre son los valores fundamentales y
supremos de la democracia”.
Eden Golan fue seleccionada en un acto organizado por la
Radiotelevisión Pública de Israel (KAN), en el que cantó “I Don't Want To
Miss A Thing”, de Aerosmith, en un escenario lleno de sillas vacías que
representaban a los israelíes cautivos en Gaza, los famosos rehenes en el
centro la dramaturgia montada por Israel. KAN anunció entonces que la canción
que interpretaría en Malmö se titulaba “October Rain” [Lluvia de Octubre].
La dirección de la UER anunció inmediatamente que examinaría el texto de la
canción para ver si tenía algún contenido político, en cuyo caso sería
rechazada. El ministro de Cultura israelí, Miki Zohar, calificó inmediatamente
el anuncio de “escandaloso” y la KAN anunció que, si la canción era rechazada,
no propondría otro texto. Además, Eden Golan no participará en la ceremonia de
inauguración en Malmö, por “razones de seguridad” y porque coincidirá con Yom
Hachoa, el Día de la Shoah.
Por lo tanto, es muy probable que Israel se vea excluido
de este gran espectáculo comercial, que es un verdadero horror show [espectáculo
de terror].
Preguntas: si Eden Golan fuera seleccionado y actuara en
el escenario del Malmö Arena, llevando el lazo amarillo de la campaña israelí “Bring
Them Home” [Tráiganlos a casa], ¿qué pensarían los organizadores de este
concurso “apolítico”? ¿Y qué piensan esos mismos organizadores del hecho de que
la cantante haya actuado en varios eventos importantes en Rusia, incluido uno
en Crimea tras su anexión (o liberación, según los gustos) por Rusia? ¿No
debería ser objeto de la exclusión de Rusia de Eurovisión?
Mientras tanto, la guerra de imágenes y discursos en
todos los medios online está en pleno apogeo. Y los valientes escandinavos
continúan su lucha. A continuación, fotos de dos acciones ante la sede de NRK,
la radiotelevisión pública noruega, en Marienlyst (Oslo) en enero. L@s
activistas anunciaron que realizarían sentadas todos los días para exigir que
la NRK no retransmitiera el concurso si participaba Israel.
Elle s’appelle Eden Golan – tout
un programme – et risque d’entrer dans l’histoire comme Gaza Hell. Elle a 20
ans et a deux passeports : russe et israélien. Née à Kfar Saba, une ville
israélienne édifiée sur les ruines du village palestinien du même nom, d’un
père letton et d’une mère ukrainienne, elle a passé 13 ans de sa courte vie en
Russie, où elle a commencé une carrière de chanteuse de variété. Elle vient d’être
sélectionnée pour représenter Israël à l’Eurovision 2024, qui aura lieu en mai
prochain à Malmö en Suède. Il y a de fortes chances qu’elle n’y mette jamais
les pieds. Explication.
Ce sont les Islandais qui ont
lancé le mouvement : en décembre dernier, la Société des Auteurs et
Compositeurs (FTT), représentant 440 artistes islandais (l’Islande compte 375 000
habitants) ont lancé un appel à la RÚV, la Radiodiffusion nationale, pour qu’elle
ne participe pas à l’Eurovision tant qu’Israël en ferait partie. Les Finlandais
ont suivi : 1400 artistes ont demandé la même chose à leur chaîne publique.
Les musiciens et artistes norvégiens (350), suédois (1005) et danois (300) ont
lancé des appels similaires dans le courant du mois de janvier, imités par les
Irlandais, dont 15 000 personnes ont signé l’appel.
C’est qu’Israël est considérée
comme faisant partie de l’Europe dans divers domaines : football et autres
sports, musique et autres arts. Il ne manque que le domaine politique : l’UE
n’a jamais examiné la demande faite il une quarantaine d’années par le
charismatique leader radical italien Marco Pannella d’accueillir Israël.
Israël a participé au concours
Eurovision depuis 1973 ; elle en a été l’hôte en 1979, 1999 et 2019 et a
remporté quatre fois la première place, en 1978, 1979, 1998 et 2018.
L’Union européenne de
radio-télévision (UER/EBU), qui organise ce concours, a répondu la même chose à
toutes demandes d’exclusion d’Israël : « L’Eurovision n’est pas un concours
entre gouvernements, mais entre artistes. Il ne fait pas de politique ». C’est
au nom de cet argument qu’elle a exclu la Russie en 2022, quelques jours après
le déclenchement de l’invasion (ou de l’opération militaire spéciale, selon les
goûts) de l’Ukraine. Commentant cette décision, Martin Österdahl, superviseur
exécutif de l’Eurovision, avait déclaré : « Lorsque nous disons que nous
ne sommes pas politiques, ce que nous devrions toujours défendre, ce sont les
valeurs fondamentales et suprêmes de la démocratie ».
Eden Golan a été sélectionnée au
cours d’un événement organisé par la Société publique de radiodiffusion
israélienne (KAN), où elle a chanté “I Don't Want To Miss A Thing” du groupe
Aerosmith, sur une scène remplie de chaises vides représentant les Israéliens
captifs à Gaza, les fameux otages qui sont au centre de la dramaturgie mise en
scène par Israël. KAN a ensuite annoncé que la chanson qu’elle présenterait à
Malmö avait pour titre « October Rain » [Pluie d’Octobre]. La
direction de l’UER a aussitôt fait savoir qu’elle examinerait le texte de la
chanson pour voir s’il avait un contenu politique, auquel cas celle-ci serait
rejetée. Le ministre israélien de la Culture Miki Zohar a aussitôt qualifié
cette annonce de « scandaleuse » et KAN a fait savoir qu’en cas de
rejet, elle ne proposerait pas d’autre texte. De plus, Eden Golan ne participera
pas à la cérémonie d’inauguration de Malmö, pour des « raisons de sécurité »
et parce qu’elle coïncidera avec Yom Hachoa, le Jour de la Shoah.
Il y a donc de fortes
chances qu’Israël se retrouve de fait exclu de ce grand moment de spectacle
marchand qui est un véritable horror show.
Questions : si jamais
Eden Golan était retenue et devait se produire sur la scène de de l’Arena de
Malmö, arborant le ruban jaune de la campagne israélienne « Bring Them
Home », qu’en penseraient les organisateurs de ce concours « apolitique » ?
Et que pensent ces mêmes organisateurs du fait que la chanteuse s’est produite
dans plusieurs grands événements en Russie, dont l’un en Crimée après son
annexion (ou sa libération selon les goûts) par la Russie ? Ne devrait-elle
pas être frappée par les mesures d’exclusion de la Russie de l’Eurovision ?
En attendant, la guerre
des images et des discours sur tous les médias en ligne bat son plein. Et les
valeureux Scandinaves continuent leur combat. Ci-dessous, des photos de deux
actions devant le siège de la NRK, la radio-télévision publique norvégienne à
Marienlyst (Oslo) en janvier. Les activistes ont annoncé qu’ils et elles
feraient des sit-in tous les jours pour exiger de la NRK qu’elle ne diffuse pas
le concours si Israël y participe.
Así, el 21 de febrero, dos nuevos
“metecos” entrarán en el Panteón: Missak y Mélinée Manouchian, armenios,
apátridas, comunistas y combatientes de la Resistencia, se unirán a Joséphine
Baker, Simone Veil y otros 80 “grandes hombres” (entre ellos, 8 mujeres) en
este “templo republicano” cuya cúpula está coronada por una cruz cristiana, en
el más puro espíritu del laicismo a la francesa.
Una cruz cuyas apariciones y
desapariciones han seguido los cambios de régimen de los últimos 244 años. La
Convención de 1791 convirtió la iglesia de Sainte-Geneviève , construida antes
de la Revolución, en un “Panteón” inspirado en el Panteón de Roma, para
enterrar a Mirabeau, Voltaire, Rousseau, Descartes y otros. Napoleón I la
transformó en iglesia, Luis Felipe volvió a secularizarla en 1830, antes de que
Napoleón III la convirtiera en lugar de culto cristiano, luego la Comuna de
París aserró los brazos de la cruz, colgando en ella una bandera roja.
El Orden moral instaurado por los versalleses, que masacraron a los comuneros
-uno de los cuales, el periodista Jean-Baptiste Millière, fue fusilado de
rodillas en la escalinata del Panteón-, restauró la cruz, y en 1885 la
República enterró allí a Víctor Hugo con gran pompa y ceremonia. El que había
escrito en 1852 en su panfleto Napoleón el pequeño: “Él [Napoleón III] clavó
un clavo sagrado en el muro del Panteón y colgó de este clavo su golpe de
Estado”.
Y ninguna de las repúblicas que
se han sucedido desde entonces se ha preocupado por la presencia de esta cruz
en lo alto del “Templo”. La cruz tampoco molesta a los francmasones que
convencieron a Macron para que honrara a esos dos terroristas apátridas, Missak
y Mélinée.
Así pues, nuestros dos armenios
serán homenajeados el miércoles en presencia de Madame Le Pen, que acaba de
acoger en las filas de su partido a Fabrice Leggeri, que dimitió de su cargo de
director de la agencia Frontex en 2022 para evitar los inconvenientes de una
investigación sobre sus prácticas ilegales de devolución de solicitantes de
asilo a sus países y se prepara para un cómodo final de su carrera como
eurodiputado.
Si los Manouchian y sus camaradas
polacos, italianos, españoles, húngaros y rumanos hubieran vivido en la Europa
del siglo XXI, probablemente no habrían sido fusilados, sino simplemente internados
en centros de detención y enviados de vuelta en chárteres a los infiernos de
los que habían huido. Si Macron hubiera verdaderamente querido honrar a los metecos
FTP-MOI (Francotiradores y
Partisanos- Mano de Obra Inmigrada) que murieron
por Francia, debería haber incluido en el Panteón a los 23 mártires del 21 de
febrero de 1944, como pedían los firmantes del llamamiento que figura a
continuación. Pero era pedirle demasiado-FG
“Missak Manouchian debería ir al
Panteón con todos sus compañeros”
Mientras que los resistentes
Missak y Mélinée Manouchian entrarán en el Panteón el 21 de febrero de 2024,
sus 22 compañeros del grupo FTP-MOI también merecen este honor, afirma un
colectivo de descendientes de estos mártires e intelectuales, entre ellos
Costa-Gavras, Delphine Horvilleur, Patrick Modiano, Edgar Morin y Annette
Wieviorka, en una tribuna publicada en Le Monde.
Mural del pintor Popof en
homenaje al grupo Manouchian, esquina de la rue du Surmelin y la rue Darcy,
Ménilmontant, París 20 (Foto Marie-José PL)
Señor Presidente de la República,
le escribimos esta carta con la esperanza de evitar una injusticia. El 18 de
junio anunció usted su decisión de que los restos mortales de Missak Manouchian
y su esposa, Mélinée, fueran trasladados al Panteón en febrero de 2024, con
motivo del octogésimo aniversario del martirio del grupo de resistencia contra
la ocupación nazi y sus colaboradores franceses. El 21 de febrero de 1944,
veintidós hombres fueron fusilados en el Mont-Valérien. La única mujer de su
red fue decapitada en Stuttgart el 10 de mayo de 1944.
Retrato de Manouchian en la
prisión de Fresnes, por Christian Guémy alias C215
Nos alegramos de su decisión. Con
ella se pone fin a un largo periodo de olvido y se reconoce la contribución
decisiva de los resistentes internacionalistas a la liberación de Francia y al
restablecimiento de la República. Manouchian y sus compañeros pertenecían a los
Francotiradores y partisanos – Mano de obra emigrada (FTP-MOI), una unidad de
la Resistencia comunista compuesta en su mayoría por extranjeros, refugiados e
inmigrantes. “Veintitrés extranjeros y, sin embargo, nuestros hermanos”,
recordaba Louis Aragon al homenajearlos en su poema “L'Affiche rouge” [El
cartel rojo], en el que evocaba sus nombres “difíciles de pronunciar”.
Plaza Henri-Krasucki, distrito 20 de París
En estos tiempos inciertos, en
los que se ciernen nuevas sombras, en los que amenazan la xenofobia, el
racismo, el antisemitismo y todas las formas de rechazo del otro, del
extranjero y del diferente, este homenaje patriótico y republicano es un
mensaje de fraternidad que recuerda que Francia siempre ha estado hecha del
mundo, de la diversidad de sus pueblos y de la pluralidad de sus culturas
gracias a la contribución de todas sus comunidades de origen extranjero. Es,
sobre todo, un mensaje universal que subraya hasta qué punto los ideales de
igualdad de derechos, sin distinción de nacimiento, credo o apariencia,
proclamados inicialmente por la Declaración de los Derechos Humanos de 1789,
por los que Manouchian y sus compañeros dieron su vida, pueden inspirar al
mundo entero.
Sin olvidar a ninguno
Señor Presidente, es este mensaje
el que se contradice con la decisión de incluir a Missak y Mélinée Manouchian,
y sólo a ellos, en el Panteón. Probablemente ellos mismos no lo habrían
entendido ni deseado. Aislar un solo nombre es romper la fraternidad de su
colectivo militante. Distinguir a una sola comunidad es herir el
internacionalismo que los animaba. Este grupo de resistentes comunistas no
puede reducirse a Manouchian, que ciertamente, fue su jefe militar antes de que
la propaganda alemana lo promocionara como jefe de una banda criminal. Y el
símbolo que justamente representa para nuestros compatriotas de la comunidad
armenia es indisociable de todas las demás nacionalidades y comunidades que
compartieron su lucha y su sacrificio.
Señor Presidente, esperamos
haberle convencido de que Missak Manouchian no puede entrar solo en el Panteón,
aunque le acompañe su esposa. Son los veintitrés, todos juntos, los que
componen la profundidad de esta historia, su historia que se ha convertido en
nuestra historia, la historia de Francia, pasada y presente. Los veintitrés,
sin olvidar ni uno solo: judíos polacos, republicanos españoles, antifascistas
italianos y muchos otros.
Por eso le pedimos que se asegure
de que le acompañen sus veintidós camaradas: el armenio Arpen Manoukian, el
español Celestino Alfonso, los italianos Rino Della Negra, Spartaco Fontanot,
Cesare Luccarni, Antoine Salvadori y Amedeo Usseglio, los franceses Georges
Cloarec, Roger Rouxel y Robert Witchitz, los húngaros Joseph Boczov, Thomas
Elek y Emeric Glasz, los polacos Maurice Füngercwaig, Jonas Geduldig, Léon
Goldberg, Szlama Grzywacz, Stanislas Kubacki, Marcel Rajman, Willy Schapiro y
Wolf Wajsbrot, y la rumana Olga Bancic.
Fueron veintitrés, “veintitrés
que gritaron por Francia al caer”-otra vez Aragón-, veintitrés que hablaron de
nuestra patria común, de su riqueza y de su fuerza. Veintitrés que, en un
momento de reconocimiento nacional, son indisociables.
Firmado por : Juana Alfonso, nieta de Celestino Alfonso; Patrick Boucheron,
historiador, profesor en el Collège de France; Michel Broué, matemático;
Patrick Chamoiseau, escritor; Costa-Gavras, cineasta, Presidente de la
Cinémathèque française; Elise Couzens y Fabienne Meyer, primas hermanas de
Marcel Rajman; Michel, Patrice e Yves Della Negra, sobrinos de Rino Della
Negra; René Dzagoyan, escritor; Jean Estivil, sobrino de Celestino Alfonso;
André Grimaldi, profesor emérito de Medicina; Anouk Grinberg, actriz y artista;
Jean-Claude Grumberg, escritor y director teatral; Yannick Haenel, escritor;
Delphine Horvilleur, rabina y escritora; Serge y Beate Klarsfeld,
historiadores; Mosco Levi Boucault, director de cine; Patrick Modiano,
escritor, Premio Nobel de Literatura; Edgar Morin, sociólogo y filósofo; Edwy
Plenel, periodista; Anne Sinclair, periodista; Thomas Stern, sobrino de Thomas
Elek; Annette Wieviorka, historiadora, directora de investigación en el CNRS;
Ruth Zylberman, escritora y directora.
Ainsi donc, deux nouveaux métèques
vont faire leur entrée au Panthéon ce 21 février : Missak et Mélinée
Manouchian, Arméniens, apatrides, communistes, résistants, vont rejoindre
Joséphine Baker, Simone Veil et 80 autres « grands hommes » (dont 8
femmes) dans ce « temple républicain » dont la coupole est surmontée
par une croix chrétienne, dans le plus pur esprit de la laïcité à la française.
Une croix dont les apparitions et
les disparitions ont suivi les changements de régime depuis 244 ans. La
Convention de 1791 avait fait de l’Église Sainte-Geneviève construite avant la
Révolution ce « Panthéon » inspiré du Panthéon de Rome pour y
enterrer Mirabeau, puis Voltaire, Rousseau, Descartes et autres, Napoléon Ier
en avait refait une église, puis Louis Philippe l’avait de nouveau laïcisé en
1830, avant que Napoléon III en refasse un lieu de culte chrétien, puis la
Commune de Paris avait scié les bras de la croix, y accrochant un
drapeau rouge. L’Ordre moral instauré par Les Versaillais massacreurs des
Communards -l’un d’eux, le journaliste Jean-Baptiste Millière, fut fusillé à
genoux sur les marches du Panthéon - avait restauré la croix et la République y
enterra en grands pompes Victor Hugo en 1885, lui qui avait écrit en 1852 dans
son pamphlet Napoléon le petit : « Il [Napoléon III] a enfoncé un clou sacré
dans le mur du Panthéon et il a accroché à ce clou son coup d'État. »
Et aucune des républiques
qui se sont succédé depuis lors ne s’est souciée de la présence de cette croix
au sommet du « Temple ». Laquelle croix ne gêne pas non plus les
francs-maçons qui ont convaincu Macron d’honorer ces deux terroristes apatrides
que furent Missak et Mélinée.
Nos deux Arméniens seront
donc honorés mercredi en présence de Madame Le Pen [lire ci-dessous], qui vient d’accueillir dans
les rangs de son parti Fabrice Leggeri, qui démissionna de son poste de
directeur de l’agence Frontex en 2022, pour éviter les désagréments d’une
enquête sur ses pratiques illégales de renvois de demandeur d’asile vers leurs
pays et se prépare à une confortable fin de carrière comme député européen.
Si les Manouchian et leurs
camarades polonais, italiens, espagnols, hongrois et roumains avaient vécu dans
l’Europe du XXIème siècle, ils n’auraient sans doute pas été
fusillés, mais seulement mis dans des centres de rétention et réexpédiés en
charters vers les enfers qu’ils avaient fui. Si Macron avait vraiment voulu
honorer les métèques FTP-MOI morts pour la France, ce sont tous les 23 martyrs
du 21 février 1944 qu’il aurait du faire entrer au Panthéon, comme le lui
demandaient les signataires de l’appel ci-dessous. Mais c’était quand même trop
lui demander-FG
« Missak Manouchian doit
entrer au Panthéon avec tous ses camarades »
Si les résistants Missak et Mélinée Manouchian
entreront au Panthéon le 21 février 2024, leurs
22 camarades du groupe FTP-MOI méritent eux aussi cet honneur,
rappelle, dans une tribune au « Monde », un collectif constitué de
descendants de ces martyrs et d’intellectuels, parmi lesquels Costa-Gavras,
Delphine Horvilleur, Patrick Modiano, Edgar Morin ou encore Annette Wieviorka.
Fresque murale du peintre Popof en
hommage au groupe Manouchian, angle rue du Surmelin et rue Darcy, Ménilmontant,
Paris 20e (Photo Marie-José PL)
Monsieur le Président de la République, nous vous
écrivons cette lettre dans l’espoir d’empêcher une injustice. Vous avez annoncé le 18 juin
votre choix de faire entrer au Panthéon les dépouilles de Missak
Manouchian et de son épouse, Mélinée, en février 2024, à l’occasion du
quatre-vingtième anniversaire du martyre du groupe de résistance à
l’occupation nazie et à ses collaborateurs français. Le
21 février 1944, vingt-deux hommes furent fusillés au
Mont-Valérien. La seule femme de leur réseau fut décapitée à Stuttgart, le
10 mai 1944.
Portrait de Manouchian dans la maison d’arrêt de Fresnes,
par Christian Guémy alias C215
Votre décision est une heureuse nouvelle qui nous a
réjouis. Mettant fin à un trop long oubli, elle marque la reconnaissance
de la contribution décisive des résistants internationalistes à la
libération de la France et au rétablissement de la République. Manouchian
et ses camarades appartenaient en effet aux Francs-tireurs et partisans -
Main-d’œuvre immigrée (FTP-MOI), une unité de la Résistance
communiste composée en grande part d’étrangers, de réfugiés et
d’immigrés. « Vingt et trois étrangers et nos frères
pourtant », rappelait Louis Aragon en les célébrant dans son
poème « L’Affiche rouge »,où il évoquait leurs noms « difficiles
à prononcer ».
Place Henri-Krasucki, Paris 20e
En nos temps ô combien incertains où de nouvelles
ombres gagnent, où xénophobie, racisme, antisémitisme et toutes les formes
de rejet de l’autre, de l’étranger et du différent menacent, cet
hommage patriotique et républicain est un message de fraternité qui
rappelle que la France a toujours été faite du monde, de la diversité de
son peuple et de la pluralité de ses cultures grâce à l’apport de toutes
ses communautés d’origine étrangère. C’est surtout un message
universel qui souligne combien les idéaux d’égalité des droits, sans
distinction de naissance, de croyance ou d’apparence, initialement
proclamés par la Déclaration des droits de l’homme de 1789, pour lesquels
Manouchian et ses camarades ont donné leurs vies, peuvent soulever le
monde entier.
Sans en oublier un seul
Or, Monsieur le Président, c’est ce message que
contredit le choix de faire entrer au Panthéon Missak et Mélinée
Manouchian, et eux seuls. Eux-mêmes ne l’auraient sans doute ni compris ni
souhaité. Isoler un seul nom, c’est rompre la fraternité de leur collectif
militant. Distinguer une seule communauté, c’est blesser
l’internationalisme qui les animait. Ce groupe de résistants communistes
ne se résume pas à Manouchian qui, certes, en fut le responsable militaire
avant que la propagande allemande ne le promeuve chef d’une bande criminelle.
Et le symbole qu’il représente, à juste titre, pour nos compatriotes de
la communauté arménienne est indissociable de toutes les
autres nationalités et communautés qui ont partagé son combat et son
sacrifice.
Monsieur le Président, nous espérons vous avoir
convaincu que Missak Manouchian ne saurait entrer seul au Panthéon, fût-ce
en compagnie de son épouse. Ce sont les vingt-trois, tous ensemble, qui
font l’épaisseur de cette histoire, la leur devenue la nôtre, celle de la
France, hier comme aujourd’hui. Les vingt-trois, sans en oublier un
seul : juifs polonais, républicains espagnols, antifascistes italiens, et
bien d’autres encore.
Nous vous demandons donc de faire en sorte qu’il soit
accompagné par ses vingt-deux camarades : l’Arménien Armenak
Arpen Manoukian, l’Espagnol Celestino Alfonso, les Italiens Rino
Della Negra, Spartaco Fontanot, Cesare Luccarni, Antoine Salvadori
et Amedeo Usseglio, les Français Georges Cloarec, Roger Rouxel
et Robert Witchitz, les Hongrois Joseph Boczov, Thomas Elek et
Emeric Glasz, les Polonais Maurice Füngercwaig, Jonas Geduldig,
Léon Goldberg, Szlama Grzywacz, Stanislas Kubacki, Marcel Rajman,
Willy Schapiro et Wolf Wajsbrot, et la Roumaine Olga Bancic.
Ils étaient vingt-trois, « vingt et trois qui
criaient la France en s’abattant » – Aragon toujours –, vingt et trois
qui disent notre patrie commune, sa richesse et sa force. Vingt et trois
qui, à l’heure de la reconnaissance nationale, sont indissociables.
Signataires : Juana Alfonso, petite fille
de Celestino Alfonso ; Patrick Boucheron, historien, professeur au
Collège de France ; Michel Broué, mathématicien ; Patrick
Chamoiseau, écrivain ; Costa-Gavras, cinéaste, président de La
Cinémathèque française ; Elise Couzens et Fabienne Meyer, cousines
germaines de Marcel Rajman ; Michel, Patrice et Yves Della Negra, neveux
de Rino Della Negra ; René Dzagoyan, écrivain ; Jean
Estivil, neveu de Celestino Alfonso ; André Grimaldi,
professeur émérite de médecine ; Anouk Grinberg, comédienne et
artiste ; Jean-Claude Grumberg, écrivain et homme de théâtre ;
Yannick Haenel, écrivain ; Delphine Horvilleur, rabbine et
écrivaine ; Serge et Beate Klarsfeld, historiens ; Mosco
Levi Boucault, réalisateur ; Patrick Modiano, écrivain, prix
Nobel de littérature ; Edgar Morin, sociologue et philosophe ;
Edwy Plenel, journaliste ; Anne Sinclair, journaliste ;
Thomas Stern, neveu de Thomas Elek ; Annette Wieviorka,
historienne, directrice de recherche au CNRS ; Ruth Zylberman,
écrivaine et réalisatrice.
***
Hommage à Missak et Mélinée Manouchian : non à la présence du RN au Panthéon
Nous ne souhaitons pas la présence du Rassemblement national à
l'hommage rendu mercredi, au Panthéon. L'histoire et les valeurs de ce
parti sont en contradiction avec le combat des résistants des FTP-MOI,
étrangers, juifs, communistes.
Descendants des membres du « groupe
Manouchian », nous ne souhaitons pas la présence du Rassemblement
national à l'hommage rendu mercredi, au Panthéon.
L'histoire et
les valeurs de ce parti sont en contradiction avec le combat des
résistants des FTP-MOI, étrangers, juifs, communistes.
A l'heure
où le Rassemblement national remet en cause le droit du sol, la présence
des représentants de ce parti serait une insulte à la mémoire de ceux
qui ont versé leur sang sur le sol français.
Nous ne voulons pas
participer à la stratégie de dédiabolisation d'un parti xénophobe et
raciste. Missak Manouchian et ses camarades ne l'auraient pas supporté.
Signataires :
Familles de Celestino Alfonso, Joseph Epstein, Marcel Rajman, Wolf Wajsbrot, Missak Manouchian et Amedeo Usseglio
Mercredi 24 janvier à 11 h 15, un
avion militaire russe Ilyouchine-76 provenant de l’aéroport militaire de Tchkalovksiï , près de Moscou,a explosé et s’est écrasé près du village de
Iablonovo, à 70 km au nord-est de Belgorod, en Russie. Il transportait 65
prisonniers de guerre ukrainiens, 3 militaires russes et six membres d’équipage,
qui ont tous été pulvérisés. Un deuxième avion transportant 80 prisonniers a
alors fait demi-tour. Les prisonniers devaient faire l’objet d’un échange à la
frontière russo-ukrainienne, située à 35 km de Belgorod.
Cette information
donnée par le ministère russe de la Défense n’a été ni confirmée ni infirmée
par son homologue ukrainien. Le renseignement militaire français l’a cependant
confirmée.
L’avion a été frappé par un deux
missiles ukrainiens, soit des Patriot PAC-3 de fabrication US (Raytheon) d’une
portée de 160 km, soit Iris T-SLM de fabrication allemande (Diehl
BGT Defence) d’une portée de 45 km.
Un
Patriot coûte entre 3,5 et 4 millions d’€, un Iris seulement 400 000 €.
Mais qui paie ça ? Pas les héroïques combattants ukrainiens, mais les
contribuables des USA et de l’UE. L’aide militaire des USA a dépassé 4
milliards de dollars, celle de l’UE 2 milliards d’€. Depuis la première guerre
du Golfe, de la guerre d’Irak à celle du Yémen, ce ne serait pas la première
fois que des missiles Patriot font des dégâts dans le propre camp des lanceurs :
leur fiabilité, estimée à 10% il y a 30 ans, aurait atteint 90% selon leurs
propagandistes, une « information » à prendre évidemment avec des
pincettes.
Dans le
livre des records de pieds nickelés, l’armée ukrainienne prend donc la première
place devant l’armée la plus morale du monde, Tsahal, célèbre pour avoir abattu
3 des siens alors qu’ils agitaient des drapeaux blancs ou pour avoir fait sauter
21 réservistes avec leurs propres explosifs dans le sud de Gaza.
Questions
pour un champion : 1°-Ce genre de « bavure » entre-t-il dans la
catégorie des crimes de guerre ? 2°- Qui doit en être tenu pour responsable ?
Le fabricant ? Le fournisseur ? L’utilisateur ? Qui devra indemniser
les familles des victimes ?
El 10 de diciembre próximo, Javier Milei se
instalará en la Casa Rosada, situada en la Plaza de Mayo en Buenos Aires. El
58º presidente argentino llegará allí con sus perros clonados, su hermana
rasputiniana y su concubina telegénica. Se supone que permanecerá allí hasta el
2027, a menos que no se fugue en helicóptero en pleno mandato, como hizo uno de
sus predecesores, Fernando de la Rúa, el 20 de diciembre 2001. En este país
aplastado por una política surrealista, uno puede esperarse a todo.
Vistas sus prestaciones públicas desde hace
algunos años, Milei merece su apodo: El Loco. Hizo todo, dijo todo,
desembaló todo, sobre su infancia desdichada, la pérdida de su perro, su
práctica del yoga tántrico, blandiendo la motosierra con la que va a decapitar
el Banco Central, el Ministerio de la Mujer, el de la Cultura, el del Bienestar
Social y el Museo de la Memoria de la ex-ESMA.
Prohibirá el aborto, autorizará la venta de
niños, la venta de órganos y el armamento de los buenos ciudadanos de bien
apasionados de legítima defensa, privatizará el petróleo y el gas de esquistos,
y un gran etcétera.
Dicho de otro modo, no tiene programa, pero
profirió a lo largo de su campaña eructos a diestra y siniestra. Poco antes de
la segunda vuelta, cayendo en la cuenta que había ido un poco lejos, buscó
tranquilizar a los electores:«
Tranquilos, no privatizaré ni la Salud ni la Educación ».
En resumen, El Loco es un mosaico: una dosis
de humpy-trumpy, una cucharada de bolsonaritis, un efluvio de
zelenskiada, aliño de meloni-abascaliadas con una cascarita de
marina-orbanidad, y todo a la salsa porteña*.
Y el payaso la rompió entre los de arriba,
entre los del medio, y sobre todo entre los pringaos.
Los descamisados, término despectivo -asumido
por los peronistas- para designar a los pringaos, le hicieron un triunfo a Juan
Domingo Perón en 1946, en 1951 y, mucho después del golpe de Estado de 1955 que
lo envió al exilio, al inicio de los años 1970. Luego el movimiento peronista
se dividió en facciones totalmente opuestas: de un lado el ala marchanta-revolucionaria,
algo teñida de marxismo y de teología de la liberación, y el ala fascista,
dirigida por Lopez Rega, el Rasputín de Perón y de su viuda Isabelita,
organizador de los comandos de asesinos de la Triple A, la Alianza
Anticomunista Argentina.
Al salir de las sombras después de la caída de
la dictadura en 1983, el peronismo no ha hecho sino derivar de líder en líder:
Menem, Duhalde, Kirchner I (el marido, Néstor) y Kirchner II (la mujer,
Cristina) y finalmente Alberto Fernández.
Ochenta años después de su nacimiento, luego
de la Revolución de 1943, el peronismo está definitivamente muerto. Lo que fue
en su día un maremoto obrero y popular que escogió como primer nombre el
inimitable « Partido Único de la Revolución », antes de rebautizarse « Partido
Justicialista » y cambiar de nombre a cada gran elección, devino en una canasta
de escorpiones matándose entre ellos en la carrera por los curules y los
taburetes.
Los descamisados de hoy, el 42% de la
población clasificada pobre, no son los del siglo pasado. Para 46 millones de
habitantes, se cuentan 38,2 millones de teléfonos « inteligentes ». No
sorprende pues que los tiktokeros hayan votado por un pirado. La alternativa el
Señor 648% de inflación, el ministro de Economía Sergio Massa. Al presentarlo
como candidato a la presidencia, el postpostpostneoneoperonismo se hizo el
hara-kiri.
De ello dan testimonio los resultados del voto
en las villas miseria, equivalente argentino de las favelas brasileñas.
En casi todos los antiguos bastiones del peronismo votaron por El Loco, sin
comprender que El Loco era un Alfil (fou: loco, en francés) del
Rey, y que ese rey se llama Macri, el cual -agazapado en las sombras- va a
manipular las cuerdas del nuevo pelele de la Casa Rosada dolarizada.
« El hombre desciende del mono, el Argentino
desciende del barco », dice una antigua broma. ¿Los Argentinos retomarán un
barco -o un avión- para un nuevo éxodo? ¿O bien nos regalarán una explosión
social generalizada, un Argentinazo ? Vivir para ver.